Nuestros panes rústicos, con su doble proceso de fermentación, destacan por su corteza dorada y crujiente y por su miga grande y alveolada. nuestras piezas de harina blanca están cocidas en horno de piedra y espolvoreados con harina estos panes entran por los ojos… ¡y permanecen en el paladar! y por ultimo, nuestro semillado y rebozado de semillas tanto en nuestra corteza como en el interior.